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Verdad posible, de Eduardo Langagne

FM9988

Verdad posible
Eduardo Langagne
Fondo de Cultura Económica
México, 2014
95 pp.

 

Por Xavier Oquendo Troncoso

 

Verdad posible está compuesto por 52 poemas, clasificados dentro de una estructura de seis cuadernillos, todos titulados y amparados por una suerte de encierro temático que, en el caso de la poesía, siempre es bellamente imposible, porque siempre en la poesía hay más de lo que posiblemente podría haber (ya estoy jugando al estilo Langagne con las palabras).

La primera sección de su libro se llama: Fotos de la portada y en esta se encuentran una serie de poemas prosaicos, que un poco juegan con la famosa portada del emblemático disco de The Beatles: Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band.

Esta sección es una suerte de recopilación de cuentos sobre su generación. Como que los habitantes de una foto clásica, en donde se hallan retratadas las sonrisas y muecas de los amigos de antaño, de aquellos que marcaron los pasos por las épocas bellas y doloridas de la primera juventud, de aquellas épocas donde el corazón era más andariego y la complicidad entre los amigos es solo un gesto de aprobación frente a cualquier misión por más difícil que sea.

Es en esta sección donde retumban hermosos los versos cargados de añorante ritmo de los años 60s y 70s, con la música (que es la constante de la poesía y de la vida de Eduardo Langagne). En el poema Los demás de la foto está, además, una de las claves de forma más importantes en la poesía de Langagne: los juegos semánticos y de sentidos en relación con la fonética. Además este poema que me atrevo a leerlo me recuerda al clásico poema de Ernesto Cardenal: Al perderte yo a ti/ tú y yo hemos perdido:/
yo porque tú eras lo que yo más amaba/
y tú porque yo era el que te amaba más./
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:/
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti/
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

La segunda parte se titula, estupendamente, Amigas misteriosas. En este recorrido por la memoria y esa tela fina que deja el tiempo entre lo que es y lo sigue siendo con los años, esas imágenes que se aclaran en el pensamiento y que dejan borrosas otras personas, otros momentos por recuperar unos instantes que nos hicieron felices, que nos cambiaron los años y los días. Esa aritmética del placer que llamaban los filósofos epicuristas. En esta sección del libro el tiempo y la casualidad, en mezcla con la ironía, la poesía de concepto o de narración de la historia va desgranando por aquellos momentos de la historia.

En la tercera parte Árbol, hijo, libro, el poeta desglosa aquel adagio condenatorio que la realización de un ser humano está en ejercer las acciones con estos sustantivos: sembrar un árbol, tener un hijo y publicar un libro. En base a estos tres sustantivos, el poeta va creando su obra agarrado de las visiones pasadas: un abuelo: fabulador, mago del pasado. Una entrega de postas, un momento generacional, las visitas de los del pasado, de la foto familiar, ya no son los amigos, son las descendencias: lo que nos dejó ese otro que nos trajo por fuerza de amor y sangre.

La cuarta parte del libro se titula Canción del viaje, la misma que comienza con un luminoso epígrafe de Ramón de Campoamor: (…)…Sucede un horizonte a otro horizonte/ y una estación a otra estación sucede… Hermoso resumen para hablar del símbolo que será la pieza fulgurante de esta parte del poemario: el tren.

Por un lado el tren trae la gama de recuerdos. Regresan en el tren el abuelo: llegó el abuelo antiguo/ a colocar las vías de su tren y de su estirpe. Con él se recuenta generacionalmente a la familia, como si se estuviera formando cualquier familia latinoamericana: desde el exilio, desde la casualidad. Así como se formaron los Buendía de García Márquez, desde un lado a otro, desde la equivocación de ir al norte y al sur, como bien diría Rafael Alberti en su bella “La paloma”, a la que el poeta lo rememora en estos versos:

Es en la última parte del libro donde pareciera que el leiv motiv de este libro se aleja por otras calles temáticas. Con El oficio cierra el poeta su libro. En esta parte es donde mejor se deja notar los juegos semánticos a los que nos tiene acostumbrados el poeta Langagne, el juego de conceptos y nuevas reflexiones brillantes sobre las palabras y su función en el poema, fuera de él, en la vida. Eso que los filósofos nominalistas asumían como aquello de solo lo nombrado existe, pero como la palabra es y puede ser muchas cosas, entonces lo que se nombra no es necesariamente lo nombrado, sino lo que se cree haber nombrado.

Sin embargo en esta última parte está asentada la música en su verdadera dimensión. Un hermoso poema a sus amigos, trovadores de su generación, a los que homenajea.

Verdad posible es un libro inolvidable, un libro original, auténtico, que se leerá cuando el río nos haya llevado a todos y la poesía siga preguntándose: porque me haces nacer para el olvido, aunque este libro supere a su autor, a sus lectores contemporáneos y vaya a ser el libro que lean los hijos de nuestros hijos de nuestros hijos de nuestros hijos, cuando llegue el tren de la vida formando las generaciones. Entonces Eduardo, yo y ustedes seremos un recuerdo de alguien. Y ese alguien será una Verdad posible, una ilusión, un universo. Y tal vez, ojalá, nos convirtamos en un poema, que otro nos recuerda, una reencarnación lírica y mucho más permanente. Ni más ni menos.

 

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BHAH11xaviertroncoso01Xavier Oquendo Troncoso (Ambato, Ecuador, 1972). Periodista y Doctor en Letras y Literatura. Ha publicado 8 libros de poesía. Su obra poética está recogida en Salvados del naufragio (poesía, 1990-2005); En narrativa: Desterrado de palabra (Cuentos, 2000, 2001). Antologías: Ciudad en Verso (Antología de nuevos poetas ecuatorianos, 2002); Antología de Nuevos poetas ecuatorianos (2002). Literatura infantil: El mar se llama Julia (novela, 4 ediciones) Su último libro de poemas es Esto fuimos en la felicidad (Quito,  2009). Representante del Ecuador en importantes encuentros poéticos y literarios en España, México (“Primer Encuentro de poetas del mundo latino”, -Oaxaca, 1998-), Colombia, Chile y Perú. Premio Nacional de poesía, en 1993. Es director y editor de ELANGEL Editor. Parte de su poesía ha sido traducida al italiano, inglés y portugués.  

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